1. La Programación: elementos básicos.
2. Los objetivos: funciones y tipos
3. Los contenidos: conceptuales,
procedimentales y actitudinales.
1.
La Programación: elementos básicos
Programar es elaborar un plan de enseñanza y
aprendizaje para alcanzar unos determinados objetivos.
.
Los objetivos son los
fines educativos que se persiguen. Podemos dividirlos en objetivos generales y
específicos. Siempre se redactan en infinitivo.
.
Los contenidos han de
estar vinculados a los objetivos. Es una tarea que exige conocimiento de la
ocupación o del tema que se va a tratar en la programación. En la F.P.E. los
contenidos hacen referencia a la selección que hacemos de aquellos
conocimientos, habilidades y actitudes específicas que configuran el desempeño
eficaz de una tarea o del conjunto de tareas que componen una profesión u
ocupación. Existen tres tipos de contenidos: conceptuales (saber o teoría),
procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser y estar).
.
Las actividades son
los ejercicios o tareas que vamos a programar y han de conseguir que a través
de ellas se alcancen los objetivos, se entiendan y pongan en práctica los
contenidos y se pueda evaluar a los
alumn@s.
.
Metodología: son las
decisiones que se van a tomar para orientar el desarrollo en el aula de los
procesos de enseñanza-aprendizaje. La metodología responde a la pregunta “¿Cómo lo vamos a hacer?”.
.
Evaluación: evaluar
es la herramienta que nos permite conocer el grado en que los objetivos han
conseguido alcanzarse y nos permite mejorar todo el proceso. Se puede realizar
tanto al principio de la actividad (evaluación inicial), durante la actividad o
el proceso (evaluación contínua) y al final. Todo es evaluable y por lo tanto,
mejorable.
.
Recursos didácticos:
materiales y herramientas para el desarrollo del programa. Ejemplos: libro,
fotocopias, transparencias, video didáctico, cd, dinámicas de grupo, internet…
.
Los destinatari@s: a
quién va dirigido
.
La temporalización: la organización de los contenidos, objetivos
y actividades en función del tiempo.
2.
Los objetivos: funciones y tipos
Los
objetivos responden a la pregunta ¿dónde
queremos llegar?, o también, ¿qué queremos conseguir con este programa de
formación o este curso?, ¿Cuáles son los resultados que queremos obtener?
- Se
trata de un proceso que debe partir de la propuesta de objetivos generales
para ir concretando objetivos más específicos o más a corto plazo.
- Ejemplos
de objetivos pueden ser:
- Aprender
a elaborar una programación.
-Disminuir el número de accidentes laborales.
-Disminuir el número de accidentes laborales.
-Fomentar
la innovación.
-Formar
profesionales de la F.P.E.
- Los objetivos especifican los cambios que han de producirse en el comportamiento de los alumn@s (objetivos específicos), por ejemplo, adquirir la capacidad de montar una obra teatral. O concretan los aprendizajes que deben adquirir los participantes en cada uno de los pasos del proceso formativo (objetivos operativos), por ejemplo, seleccionar las piezas mecánicas que muestren defectos de fabricación.
Funciones de los
objetivos
Poner
por escrito qué pretendemos conseguir no es una pérdida de tiempo. Nos ayuda a
empezar a dar estructura a nuestro curso. Nos hace preguntarnos ¿qué queremos
que aprendan nuestros alumn@s? Por lo tanto, nos ayuda porque:
- Clarifica
las intenciones: ¿Qué pretendemos?
- Se
constituye en la base de todo el plan formativo, porque enuncia los
resultados que se esperan obtener.
- Es
la base de la comunicación y del trabajo en común de formadores y alumn@s.
Es un elemento de negociación que favorece la motivación.
- Orienta
los procesos de enseñanza-aprendizaje que deben tener lugar.
- Orienta
la evaluación.
- Facilita el trabajo si son varios l@s formador@s dentro del curso.
Tipos de objetivos
Los
objetivos nos dirigen a concretar, a poner en el papel qué pretendemos que
nuestros alumn@s aprendan. Pero podemos perseguir distintos aprendizajes y por
lo tanto, los objetivos se dirigirán hacia:
- El
ámbito del saber, objetivos
cognitivos. Lo integran las capacidades de conocer, tales como la
reflexión, la solución de problemas, el recuerdo, o la comprensión y
reproducción de conceptos o ideas. Ejemplos:
-Conocer
los ríos de España.
-Comprender los tipos de objetivos.
-Comprender los tipos de objetivos.
-Saber
los distintos tipos de árboles…
-Conocer el tinte más adecuado a cada tipo de pelo…
-Conocer el tinte más adecuado a cada tipo de pelo…
- El
ámbito de los sentimientos, actitudes y valores, objetivos actitudinales. Es objeto de la formación y se
pretende que el adulto sea más tolerante, más sensible, reaccione o
coopere de forma asertiva…Ejemplos:




- En
el ámbito del saber hacer, objetivos
procedimentales o habilidades. Se pretende que el alumn@ desarrolle
habilidades que le permitan ejecutar eficazmente y con precisión
determinadas acciones o tareas. Ejemplos:





Debemos
tener en cuenta que conocer no es sólo recordar, sino principalmente
COMPRENDER. La formación persigue que las personas no sólo aprendan ideas o
conceptos, o que modifiquen sus actitudes, también persigue que los alumn@s
aprendan a hacer cosas: a manipular objetos y aparatos técnicos, desenvolverse
en el trato con otras personas (habilidades sociales), manipular materiales…
3. Los contenidos:
conceptuales, procedimentales y actitudinales. Su organización
Tanto
en la educación reglada como en la F.P.E., se clasifican los contenidos en tres
grandes grupos:
a)
conceptos (conceptuales)
b)
procedimientos (procedimentales)
c)
actitudes, normas y valores (actitudinales)
Esta
clasificación tiene una finalidad: facilitar el diseño de las condiciones de
enseñanza-aprendizaje. Esta clasificación no debe permitir que los contenidos
se dividan en tres grupos aislados, sino que a la hora de ponerlos en práctica
deben considerarse como interdependientes unos de otros y, por supuesto,
facilitar el cumplimiento de los objetivos.
El
aprendizaje de conceptos:
Los
conceptos son los aprendizajes verbales o declarativos, en otras palabras, la
teoría. Esos aprendizajes se pueden llevar a cabo de formas: cuando se
incorporan a la memoria de forma arbitraria y cuando se incorporan a la memoria
de forma comprensiva.
a) Incorporación de
forma arbitraria: se
considera que una información es arbitraria cuando se trata de datos aislados
que no guardan relaciones significativas entre sí. Por lo tanto no pueden
comprenderse y deben ser memorizados. Son necesarios para la adquisición de
otros aprendizajes más complejos y su automatización es necesaria. Principios
básicos de estos conceptos:
1.
La cantidad de repaso guarda una relación directa con el aprendizaje.
2.
Si aumentamos la cantidad, debemos aumentar de forma exponencial el repaso.
3.
El repaso distribuido a lo largo del tiempo, produce mejores efectos sobre el
aprendizaje del material que el repaso concentrado.
4.
Si se le puede encontrar algún significado al material, su memorización será
más fácil.
A
pesar de su utilidad en algunos casos, es mejor reducirlos en la medida de lo
posible, reservándolos para cuando no se pueda utilizar un aprendizaje más
significativo.
b) Comprensión de
conceptos: una forma
más eficaz de aprender informaciones verbales es buscar su significado. La
comprensión de un material será mayor y su aprendizaje superior cuanto más
relaciones logre establecer el alumn@ con sus conocimientos previos. ¿Cómo
comprender lo que se aprende?: podemos seguir tres fases.
1º
una introducción o encabezamiento para
organizar el material que vendrá a continuación y para que sirva de puente entre los
conocimientos previos y los que vamos a tratar.
2º
la presentación del material debe ser clara y motivadora.
3º
debe conllevar una reflexión consciente y explícita. Aquí es cuando podemos
poner ejemplos, realizar listas de diferencias y aplicación a casos prácticos.
El aprendizaje de procedimientos:
Este
grupo de contenidos de aprendizaje, los procedimentales, está relacionado con
la adquisición y mejora de habilidades, destrezas y estrategias. Antes nos
referíamos al “saber decir” y ahora hablamos del “saber hacer”. Aprender procedimientos es más complejo que
aprender un simple hábito de conducta y tiene que realizarse de un modo explícito,
aunque su práctica continuada puede convertir este aprendizaje en algo
implícito y difícil de verbalizar. Para aclarar los contenidos procedimentales
podemos dividirlos en técnicas y estrategias.
a) Aprendizaje de
técnicas: las
técnicas son procedimientos aprendidos mediante un entrenamiento explícito,
aunque basado en un aprendizaje asociativo repetitivo, que concluye con la
automatización de la cadena de acciones necesarias. Una vez automatizadas, se
convierten en destrezas o habilidades que pueden ser motoras, cognitivas o una
combinación de ambas. Son muy útiles en tareas rutinarias ya que garantizan una
ejecución rápida y certera además de una baja utilización de los recursos
cognitivos. Este aprendizaje consta de tres fases:
1º
Presentación de las instrucciones y/o un modelo de acción. La técnica debe
descomponerse paso a paso y siguiendo su orden lógico.
2º
Se pone en práctica la secuencia de pasos presentada por parte del alumn@ y
bajo la supervisión del docente. Se persigue la automatización de la técnica
para convertirla en una rutina sobreaprendida. Es importante que el monit@r
supervise la práctica de la técnica para la corrección de los posibles errores.
3º
una vez conseguida la automatización, se cambiará la situación para conseguir la
generalización y también la especialización. Esto favorece la ampliación de las
situaciones de aplicación de la técnica aprendida. Pero las técnicas se deben
acompañar en la mayoría de los casos de estrategias.
b) Aprendizaje de
estrategias: son
procedimientos que se aplican de modo planificado y controlado dentro de un
plan concebido para este fin. La estrategia implica un uso selectivo de las
técnicas disponibles en función de las demandas de la situación (un deportista
elige las técnicas, sin embargo, es el entrenador el que decide el uso
estratégico de esas técnicas). A la hora de aplicar una estrategia es necesario
ejecutar las técnicas que la componen. Cuanto más técnica tengamos, más
flexible y adaptable será la estrategia.
El aprendizaje de
actitudes:
Toda
actitud se compone de tres elementos básicos: el cognitivo, el conductual y el
afectivo. El componente cognitivo está compuesto por las propias creencias y
opiniones. La conducta se observa a través de los comportamientos, expresiones
e intenciones de acción. Por último, el elemento afectivo-motivacional de las
actitudes son los valores, es decir, lo que nos permite diferenciar lo
relevante de lo secundario, lo deseable de lo indeseable y lo agradable de lo
desagradable. Cada persona tiene un sistema de valores distinto pero lo que
importa realmente es que se tenga este sistema. Para la enseñanza de las
actitudes puede ser útil realizar un listado sobre los tres ámbitos principales
en torno a los que la persona distribuye sus valores: hacia sí misma (ámbito
físico, cognitivo, el afectivo…), hacia los demás (búsqueda del bien ajeno,
fomentar el bien personal en detrimento del
de los demás…) y hacia el entorno físico (el dinero, el trabajo, y las
actividades lúdicas).