martes, 17 de diciembre de 2013

La Programación

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La Programación: objetivos y contenidos


1. La Programación: elementos básicos.
2. Los objetivos: funciones y tipos
3. Los contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales.


1. La Programación: elementos básicos

  Programar es elaborar un plan de enseñanza y aprendizaje para alcanzar unos determinados objetivos.

. Los objetivos son los fines educativos que se persiguen. Podemos dividirlos en objetivos generales y específicos. Siempre se redactan en infinitivo.

. Los contenidos han de estar vinculados a los objetivos. Es una tarea que exige conocimiento de la ocupación o del tema que se va a tratar en la programación. En la F.P.E. los contenidos hacen referencia a la selección que hacemos de aquellos conocimientos, habilidades y actitudes específicas que configuran el desempeño eficaz de una tarea o del conjunto de tareas que componen una profesión u ocupación. Existen tres tipos de contenidos: conceptuales (saber o teoría), procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser y estar).

. Las actividades son los ejercicios o tareas que vamos a programar y han de conseguir que a través de ellas se alcancen los objetivos, se entiendan y pongan en práctica los contenidos y se  pueda evaluar a los alumn@s.

. Metodología: son las decisiones que se van a tomar para orientar el desarrollo en el aula de los procesos de enseñanza-aprendizaje. La metodología responde a la pregunta “¿Cómo lo vamos a hacer?”.

. Evaluación: evaluar es la herramienta que nos permite conocer el grado en que los objetivos han conseguido alcanzarse y nos permite mejorar todo el proceso. Se puede realizar tanto al principio de la actividad (evaluación inicial), durante la actividad o el proceso (evaluación contínua) y al final. Todo es evaluable y por lo tanto, mejorable.

. Recursos didácticos: materiales y herramientas para el desarrollo del programa. Ejemplos: libro, fotocopias, transparencias, video didáctico, cd, dinámicas de grupo, internet…

. Los destinatari@s: a quién va dirigido

. La  temporalización: la organización de los contenidos, objetivos y actividades en función del tiempo.




2. Los objetivos: funciones y tipos


Los objetivos responden a la pregunta ¿dónde queremos llegar?, o también, ¿qué queremos conseguir con este programa de formación o este curso?, ¿Cuáles son los resultados que queremos obtener?

  • Se trata de un proceso que debe partir de la propuesta de objetivos generales para ir concretando objetivos más específicos o más a corto plazo.
  • Ejemplos de objetivos pueden ser:
- Aprender a elaborar una programación.
-Disminuir el número de accidentes laborales.
-Fomentar la innovación.
-Formar profesionales de la F.P.E.

  • Los objetivos especifican los cambios que han de producirse en el comportamiento de los alumn@s (objetivos específicos), por ejemplo, adquirir la capacidad de montar una obra teatral. O concretan los aprendizajes que deben adquirir los participantes en cada uno de los pasos del proceso formativo (objetivos operativos), por ejemplo, seleccionar las piezas mecánicas que muestren defectos de fabricación.
Funciones de los objetivos

Poner por escrito qué pretendemos conseguir no es una pérdida de tiempo. Nos ayuda a empezar a dar estructura a nuestro curso. Nos hace preguntarnos ¿qué queremos que aprendan nuestros alumn@s? Por lo tanto, nos ayuda porque:

  • Clarifica las intenciones: ¿Qué pretendemos?
  • Se constituye en la base de todo el plan formativo, porque enuncia los resultados que se esperan obtener.
  • Es la base de la comunicación y del trabajo en común de formadores y alumn@s. Es un elemento de negociación que favorece la motivación.
  • Orienta los procesos de enseñanza-aprendizaje que deben tener lugar.
  • Orienta la evaluación.
  • Facilita el trabajo si son varios l@s formador@s dentro del curso.
Tipos de objetivos

Los objetivos nos dirigen a concretar, a poner en el papel qué pretendemos que nuestros alumn@s aprendan. Pero podemos perseguir distintos aprendizajes y por lo tanto, los objetivos se dirigirán hacia:

  • El ámbito del saber, objetivos cognitivos. Lo integran las capacidades de conocer, tales como la reflexión, la solución de problemas, el recuerdo, o la comprensión y reproducción de conceptos o ideas. Ejemplos:

-Conocer los ríos de España.
-Comprender los tipos de objetivos.
-Saber los distintos tipos de árboles…
-Conocer el tinte más adecuado a cada tipo de pelo…

  • El ámbito de los sentimientos, actitudes y valores, objetivos actitudinales. Es objeto de la formación y se pretende que el adulto sea más tolerante, más sensible, reaccione o coopere de forma asertiva…Ejemplos:

*      Ser tolerante
*      Ser cooperativo/a
*      Asumir posturas críticas ante las informaciones recibidas
*      Participar y comprometerse con los problemas…

  • En el ámbito del saber hacer, objetivos procedimentales o habilidades. Se pretende que el alumn@ desarrolle habilidades que le permitan ejecutar eficazmente y con precisión determinadas acciones o tareas. Ejemplos:

*      Saber trabajar en equipo
*      Responder un correo electrónico
*      Hacer un gráfico
*      Limpiar una superficie con el producto adecuado
*      Archivar un documento en el sitio correcto

Debemos tener en cuenta que conocer no es sólo recordar, sino principalmente COMPRENDER. La formación persigue que las personas no sólo aprendan ideas o conceptos, o que modifiquen sus actitudes, también persigue que los alumn@s aprendan a hacer cosas: a manipular objetos y aparatos técnicos, desenvolverse en el trato con otras personas (habilidades sociales), manipular materiales…
 
Dolmen: ejemplo de arquitectura megalític

3. Los contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales. Su organización


Tanto en la educación reglada como en la F.P.E., se clasifican los contenidos en tres grandes grupos:

a) conceptos (conceptuales)
b) procedimientos (procedimentales)
c) actitudes, normas y valores (actitudinales)

Esta clasificación tiene una finalidad: facilitar el diseño de las condiciones de enseñanza-aprendizaje. Esta clasificación no debe permitir que los contenidos se dividan en tres grupos aislados, sino que a la hora de ponerlos en práctica deben considerarse como interdependientes unos de otros y, por supuesto, facilitar el cumplimiento de los objetivos.


El aprendizaje de conceptos:

Los conceptos son los aprendizajes verbales o declarativos, en otras palabras, la teoría. Esos aprendizajes se pueden llevar a cabo de formas: cuando se incorporan a la memoria de forma arbitraria y cuando se incorporan a la memoria de forma comprensiva.

a) Incorporación de forma arbitraria: se considera que una información es arbitraria cuando se trata de datos aislados que no guardan relaciones significativas entre sí. Por lo tanto no pueden comprenderse y deben ser memorizados. Son necesarios para la adquisición de otros aprendizajes más complejos y su automatización es necesaria. Principios básicos de estos conceptos:

1. La cantidad de repaso guarda una relación directa con el aprendizaje.
2. Si aumentamos la cantidad, debemos aumentar de forma exponencial el repaso.
3. El repaso distribuido a lo largo del tiempo, produce mejores efectos sobre el aprendizaje del material que el repaso concentrado.
4. Si se le puede encontrar algún significado al material, su memorización será más fácil.

A pesar de su utilidad en algunos casos, es mejor reducirlos en la medida de lo posible, reservándolos para cuando no se pueda utilizar un aprendizaje más significativo.

b) Comprensión de conceptos: una forma más eficaz de aprender informaciones verbales es buscar su significado. La comprensión de un material será mayor y su aprendizaje superior cuanto más relaciones logre establecer el alumn@ con sus conocimientos previos. ¿Cómo comprender lo que se aprende?: podemos seguir tres fases.

1º una introducción o encabezamiento  para organizar el material que vendrá a continuación y   para que sirva de puente entre los conocimientos previos y los que vamos a tratar.
2º la presentación del material debe ser clara y motivadora.

3º debe conllevar una reflexión consciente y explícita. Aquí es cuando podemos poner ejemplos, realizar listas de diferencias y aplicación a casos prácticos.



 El aprendizaje de procedimientos:

Este grupo de contenidos de aprendizaje, los procedimentales, está relacionado con la adquisición y mejora de habilidades, destrezas y estrategias. Antes nos referíamos al “saber decir” y ahora hablamos del “saber hacer”.  Aprender procedimientos es más complejo que aprender un simple hábito de conducta y tiene que realizarse de un modo explícito, aunque su práctica continuada puede convertir este aprendizaje en algo implícito y difícil de verbalizar. Para aclarar los contenidos procedimentales podemos dividirlos en técnicas y estrategias.

a) Aprendizaje de técnicas: las técnicas son procedimientos aprendidos mediante un entrenamiento explícito, aunque basado en un aprendizaje asociativo repetitivo, que concluye con la automatización de la cadena de acciones necesarias. Una vez automatizadas, se convierten en destrezas o habilidades que pueden ser motoras, cognitivas o una combinación de ambas. Son muy útiles en tareas rutinarias ya que garantizan una ejecución rápida y certera además de una baja utilización de los recursos cognitivos. Este aprendizaje consta de tres fases:
1º Presentación de las instrucciones y/o un modelo de acción. La técnica debe descomponerse paso a paso y siguiendo su orden lógico.

2º Se pone en práctica la secuencia de pasos presentada por parte del alumn@ y bajo la supervisión del docente. Se persigue la automatización de la técnica para convertirla en una rutina sobreaprendida. Es importante que el monit@r supervise la práctica de la técnica para la corrección de los posibles errores.

3º una vez conseguida la automatización, se cambiará la situación para conseguir la generalización y también la especialización. Esto favorece la ampliación de las situaciones de aplicación de la técnica aprendida. Pero las técnicas se deben acompañar en la mayoría de los casos de estrategias.

b) Aprendizaje de estrategias: son procedimientos que se aplican de modo planificado y controlado dentro de un plan concebido para este fin. La estrategia implica un uso selectivo de las técnicas disponibles en función de las demandas de la situación (un deportista elige las técnicas, sin embargo, es el entrenador el que decide el uso estratégico de esas técnicas). A la hora de aplicar una estrategia es necesario ejecutar las técnicas que la componen. Cuanto más técnica tengamos, más flexible y adaptable será la estrategia.

El aprendizaje de actitudes:
Toda actitud se compone de tres elementos básicos: el cognitivo, el conductual y el afectivo. El componente cognitivo está compuesto por las propias creencias y opiniones. La conducta se observa a través de los comportamientos, expresiones e intenciones de acción. Por último, el elemento afectivo-motivacional de las actitudes son los valores, es decir, lo que nos permite diferenciar lo relevante de lo secundario, lo deseable de lo indeseable y lo agradable de lo desagradable. Cada persona tiene un sistema de valores distinto pero lo que importa realmente es que se tenga este sistema. Para la enseñanza de las actitudes puede ser útil realizar un listado sobre los tres ámbitos principales en torno a los que la persona distribuye sus valores: hacia sí misma (ámbito físico, cognitivo, el afectivo…), hacia los demás (búsqueda del bien ajeno, fomentar el bien personal en detrimento del  de los demás…) y hacia el entorno físico (el dinero, el trabajo, y las actividades lúdicas). 
 

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